Divina embriaguez,
fragancia de poesía,
pensamiento fugaz,
vienen y se van
las hambrientas imágenes
del bosque axial.
Ellas se desvisten
y se tornan en mí,
sus templos son sagrados,
suelo desnudo,
gota de diamantes,
viejas neurosis y razón de ser,
danzan inquietas las dolencias
y termina la sinfonía del placer,
la fragancia de la palabra poesía.